Filosofía Institucional

La Institución Educativa Cadena las Playas concibe al ser humano como aquel sujeto que razona sobre su realidad física y ontológica, abierto a sus semejantes por medio de los juegos del lenguaje, un ser capaz de recontextualizar su ambiente; de la historicidad y de lo trascendente. Abierto a las circunstancias y hacedor del quehacer vital. Un ser político, moral y dialectico.
El ser humano asume su verdad insuficiente, de certidumbres a incertidumbres, lo que hace es pensamiento (ideas de las cosas) y su forma de relacionarse con el mundo es conocimiento. Pero no todo pensamiento es conocimiento en una forma radical, es de comprenderse que el conocimiento es una de las diversas cosas que hace el hombre. El conocimiento le permite superar incertidumbres, buscar al ser de lo existente en la relación ser-cosas-contexto, manipular la realidad deformándola o transformándola; esencia interesante la del conocimiento.

Nuestros estudiantes entre sus diversas actividades adquieren conocimiento y se fortalecen en el espíritu de hominización.
El ambiente educativo se caracteriza en fortalecer la multidimensional relación persona-planeta, momento adecuado para el conocimiento pertinente, que adquiere sentido, es decir, contextualizado y finalmente, globalizado y complejo en la red de contextos.
La institución asume “la acción de cambio”, desde la flexibilidad contemporánea (disposición de ánimo a ceder y acomodarse), busca la integración social recurriendo a la adaptabilidad; el cambio, toma la paradoja y la incertidumbre como recursos epistemológicos y cognitivos. “Se potencia el acierto y se toma el error como experiencia propedéutica que corrige, repara y concilia”.

El horizonte de la institución educativa bajo los lineamientos del “Modelo Pedagógico Transformacional” garantizan a la sociedad, educadores multidimensionales que asumen en el actual tiempo informático la acción educativa con el objetivo que propone Jean François Lyotard. En su texto La condición Postmoderna.
“la pedagogía no se vería necesariamente afectada, pues siempre había lago que enseñar a los estudiantes: no los contenidos, si no el uso de las terminales, es decir, de nuevos lenguajes por una parte, y por otra, un manejo más útil de ese juego de lenguaje que es la interrogación: ¿adónde dirigir la pregunta? Es decir, ¿Cómo formularla para evitar los errores?, etc.

Determinada la dimensión del ser, caracterizado el ambiente educativo, la institución se perfila con docentes y directivos competentes con las necesidades del conocimiento contemporáneo.
El proceso pedagógico plantea acciones comunicativas ricas en discursos que generan en el hacer educativo cierta versatilidad, que indagan, comprende y sintetiza las expectativas de los sujetos cognoscente. A su vez se enseña para la escucha, el habla y finalmente el consenso reflexivo que es fuente de las responsabilidades y cooperaciones civiles. Acciones basadas en normas y valores que legitiman la comunicación en el mundo social.
Pero es necesario puntualizar el sentido de la acción comunicativa, véanos que entiende J. Habermas por dicha expresión “utilizo el termino acción comunicativa para aquellas expresiones (lingüísticas y no lingüísticas) con las que los sujetos capaces del habla y acción asumen relaciones con intención de entenderse acerca de algo y coordinar así sus actividades”